Los pacificadores son personas que tratan de llevar la paz a todas partes. En el Sermón del Monte podemos leer el siguiente mensaje: “Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.” 1 Aquí nos dice claramente la expresión “pacificadores” y no los que esperan que otros sean los pacificadores, por lo tanto nuestra responsabilidad es ser “pacificadores” y no esperar que otro lo sea.
Como dijimos al comienzo, “pacificadores” son las personas que tratan de llevar la paz a todas partes, pero ¿Qué significa la paz? Es la tranquilidad, el sosiego, lo opuesto a la turbación. En nuestra época al igual que en la antigüedad, la falta de paz se debe a la falta de unidad del hombre con Dios. El hombre no puede estar en conflicto con Dios y en paz con su prójimo, por lo tanto para que exista una paz entre los hombres, la paz debe comenzar con nuestra relación con Dios, nuestra unidad con El, nuestra obediencia a El, nuestra fe en El, porque“…por la fe, tenemos paz para con Dios…” 2 Nuestra verdadera paz está en nuestro interior, en nuestro pensamiento, en nuestra conciencia.
Al nacimiento de Jesús los pastores oyeron voces en el cielo que decían: “¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” 3 ¿Qué mensaje nos están dando estas palabras?
Primero darle gloria a Dios, rendirle alabanza, reconocer Su grandeza, Su bondad, Su poder. Nuestra forma de vivir como cristianos debe ser principalmente para darle gloria a Dios. Todo lo que hagamos debe ser para Su gloria, para expresar el bien como nos dice el siguiente pasaje bíblico: “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” 4
Posteriormente aparece la expresión “en la tierra paz”. La paz es la tranquilidad del pensamiento, el reconocimiento de una sola presencia, de un solo poder, Dios, el bien.
Al final, el mensaje nos menciona: “buena voluntad entre los hombres”, lo cual es muy importante pues si nuestro comportamiento con nuestro prójimo no es el correcto, si no tenemos buena voluntad, la paz no puede manifestarse.
Hace algunos años yo me encontraba trabajando en una oficina que estaba prestando un servicio a la comunidad. Un día llamó por teléfono una señora solicitando hablar con el supervisor pero en ese momento se encontraba en una reunión, yo le informé que podía dejarle algún mensaje o llamar mas tarde. Ella se encontraba bastante enojada y me informó que deseaba dar una queja del trato que había recibido de una persona con la cual había hablado por teléfono anteriormente. Traté de calmarla y oré a Dios para poder darle la respuesta correcta y vino a mi pensamiento compartir con ella algo que había leído anteriormente. La narración contaba que un jinete iba a caballo y una serpiente mordió una pata del caballo, el cual se paró en dos patas y lo tumbó al suelo. El jinete tomó un palo y golpeaba al caballo y el caballo le daba patadas al jinete, y la serpiente que era la única culpable, se reía. La señora se rió y me comentó que hacía mucho tiempo que no se reía y me informó que llamaría mas tarde para hablar con el supervisor. Más tarde llamó y solicitó hablar conmigo y me pidió que no le dijera nada al supervisor pues nuestra conversación la había ayudado mucho.
Si nuestro pensamiento permanece siempre en unidad con Dios, en momentos de discordia podemos ser pacificadores.
1 Mateo 5:9
2 Romanos 5:1
3 Lucas 2:14
4 1Corintios 10:31Para conocer un poco mas de Sergio haz click aqui
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